El gobierno venezolano no parece concebir al sector petrolero como una pieza central para el desarrollo económico y para la participación exitosa en la economía global. Más allá de discursos sobre el desarrollo endógeno, la concepción gubernamental parece limitarse en la práctica a maximizar los ingresos fiscales petroleros que percibe el estado y a usarlos para financiar programas sociales y una variedad de gastos gubernamentales con bajo componente de inversión productiva

sábado, 16 de enero de 2010

PRODUCCION Y EXPORTACION EN VENEZUELA

El hecho de que Venezuela pueda estar produciendo significativamente por debajo de su cuota durante una época de precios altos es preocupante, pues sugiere que por un motivo u otro la industria petrolífera, liderada por PDVSA, no está en condiciones de aumentar su producción. Muchos observadores afirman que la producción está en declive, o al menos estancada por motivos técnicos, con solo mínimos aumentos factibles (entre 200.000 y 300.000 bd) en los próximos años —y sólo bajo condiciones óptimas. De momento, esta dificultad no se ha puesto claramente de manifiesto, ya que los ingresos por exportación de petróleo están incrementándose ante el alza de precios y pese a las restricciones de la oferta del crudo venezolano. Aunque los ingresos petrolíferos descendieron de 23.500 millones de dólares en 2000 a menos de 19.000 millones durante los años de las huelgas (2002 y 2003), aumentaron fuertemente de nuevo a 26.600 millones de dólares en 2004 y a 38.400 millones en 2005, con más de 45.000 millones estimados para 2006. Aunque es difícil saber con exactitud el nivel de las exportaciones (dada la falta de transparencia en los datos oficiales), se estima que está exportando entre 2 y 2,5 mbd (una producción de entre 2,5 y 3 mbd, con un consumo interno de 0,5 mbd). Estas exportaciones llegaron a representar más del 60% del total entre 1993 y 2003, pero hoy equivalen a casi el 85% de todas las exportaciones, casi un tercio del PIB total y más de la mitad de todos los ingresos estatales, un alto nivel de dependencia del petróleo. El Gobierno de Chávez está bien financiado de momento, pero si los precios siguen bajando (de 72 dólares por barril a 55), o si la producción nacional empieza a descender por falta de mantenimiento técnico y nuevas inversiones —o las dos cosas—, la presión sobre el sector petrolero, la economía y el Gobierno será notable, si no brutal.

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