El gobierno venezolano no parece concebir al sector petrolero como una pieza central para el desarrollo económico y para la participación exitosa en la economía global. Más allá de discursos sobre el desarrollo endógeno, la concepción gubernamental parece limitarse en la práctica a maximizar los ingresos fiscales petroleros que percibe el estado y a usarlos para financiar programas sociales y una variedad de gastos gubernamentales con bajo componente de inversión productiva

sábado, 16 de enero de 2010

ANTECEDENTES DE LA INDUSTRIA PETROLERA VENEZOLANA

El petróleo crudo y el bitumen natural se les ofrecieron abundantemente a nuestros aborígenes en numerosos rezumaderos, menes como les decían ellos.

La primera referencia al petróleo venezolano en la literatura universal fue de Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés, en septiembre de 1535. Al año siguiente la Reina de España pidió que se le enviara la sustancia en todos los navíos que zarparan de Cubagua; así la primera exportación documentada data del 30 de Abril de 1539.

En el siglo XIX con Alejandro de Humboldt, comienzan las visitas de los naturalistas europeos y la descripción de los menes en oriente y occidente. En 1829, el Libertador ordena aplicar las ordenanzas de minería de Aranjuez a la Gran Colombia, decreto que fue ratificado al año siguiente por la nueva República de Venezuela.

Las primeras concesiones para la explotación del asfalto natural y el petróleo crudo se otorgaron en 1854 y 1865, respectivamente. La compañía venezolana Petrolia del Táchira recibió el 3 de Septiembre de 1878 la concesión que marco el inicio de la industria petrolera nacional; en Abril de 1883, se descubrió La Alquitrana, el primer campo petrolero del país.

La explotación del asfalto natural fue significativa hasta su desplazamiento por el petróleo crudo. De 1911 a 1916, el geólogo Ralph Arnold y sus asociados realizaron el primer reconocimiento sistemático de las cuencas sedimentarias, culminando con el descubrimiento del campo Guanaco el 15 de Agosto de 1913, en oriente, y el primer campo gigantesco venezolano, Mene Grande, en occidente.

Las operaciones eran modestas, pero de inmediato comenzó una intensa competencia entre los intereses petroleros británicos y los estadounidenses. El ministro Gumersindo Torres logro la aprobación de la primera ley de Hidrocarburos el 19 de Junio de 1920.

La mañana del domingo 14 de diciembre de 1922, el pozo Los Barrosos Nº 2 reventó violentamente y el mundo del petróleo recibió la más cierta indicación de la riqueza extraordinaria del petróleo existente en nuestro subsuelo.

El doctor Gumersindo Torres de regreso al Ministerio de Fomento, impulso una política agresiva y muy exitosa, que incluyo la fijación de ventajas especiales para la Nación, la normalización de los mas importantes aspectos operativos y el envió al exterior de los primeros ingenieros venezolanos que estudiarían el negocio.

El vínculo inicial entre la Nación y el petróleo fue esencialmente rentista. A medida que los venezolanos se percataban del potencial petrolero, se desarrollo una tensión creciente entre el Estado y las empresas concesionarias. Entre 1920 y 1938 se aprobaron siete leyes de hidrocarburos. Cada una representaba un avance a la posición rentista del Estado. Se restringía el acceso al recurso, reduciendo el tamaño en las áreas de concesión y presionando el abandono de áreas ociosas y, al aumentar la tasa de regalía, se reclama un precio mayor por un barril producido.

Luego de un intenso trabajo preparatorio, el 13 de marzo de 1943 se sanciono la Ley de Hidrocarburos, que todavía esta vigente. Resulto ser un instrumento eficiente y practico, pues aumento la participación fiscal, promovió la refinación domestica mediante la construcción de refinerías en el país y amplio la supervisión y el control de las operaciones, y asimismo el Estado renovó todas las concesiones por 40 años, con lo cual no habría reversión hasta 1983. Además, el Ejecutivo acepto entregar y entrego bastas superficies adicionales. Bajo tales condiciones, se emprende la fase más vigorosa de expansión de la industria. Se construyo el complejo de refinación de Paraguana, se triplico el acervo de capital y se quintuplico la producción durante el periodo 1943-1958 (paso de 500 mil a 2.5 millones de barriles diarios, MMBD).

El 12 de noviembre de 1948 se implanto el novedoso sistema del 50:50 (fifty: fifty), según el cual el impuesto sobre la renta a las concesiones se igualo a sus beneficios netos.

El éxito en la exploración de las parcelas obtenidas en los años 1944 y 1945, hicieron de la década de los 50s una época dorada, de muchos descubrimientos y rápida expansión operativa, que continuo otra década con la misma ronda de concesiones en los años 1956 y 1957.

La tregua se rompió en 1958, cuando el gobierno elimino la participación del 50% en las ganancias operativas. En 1959 la distribución paso a ser 65:35 a favor del estado venezolano. La ruptura del 50:50 fue la primera señal de un Estado nacionalista que no retrocedería hasta maximizar la renta y estatificar la industria quince años más tarde.

La idea cada vez mas acentuada de escases de reservas condujo a la política de “no más concesiones” a principios de los años sesenta. Esta política implico que no se abrieran nuevas áreas a las empresas concesionarias y, quizá lo mas importante, que no se anunciara la renovación de las concesiones otorgadas en 1943. Estaba previsto que las concesiones podían ser renovadas a mitad del periodo. Esto limita el funcionamiento de las empresas hasta 1983 y, por lo tanto, desestimulaba la inversión. Además, el Estado entorpecía las operaciones, esgrimiendo razones ambientales y conservacionistas. El objetivo era controlar la producción de un recurso escaso, no renovable y apetecido internacionalmente, cuyo precio siempre se percibía como insuficiente e injusto. El aumento de tasa de impuesto sobre la renta, desvinculo la participación estatal de la rentabilidad de las compañías. La tasa efectiva de impuesto pasó de 65% en 1959 a 71% en 1969, 77% en 1971, 82% en 1973 y 94% en 1975.

La presión tributaria, la limitación de las concesiones y el hostigamiento constante en las operaciones, desestimulo la inversión petrolera a lo largo de los sesenta, lo que provoco un colapso de la producción: del máximo histórico de 3.7 MMBD alcanzado en 1970, cayó a 2.4 MMBD durante los primeros años de la década.

La nueva política petrolera, preconizada por el Ministro de Minas e Hidrocarburos, Juan Pablo Pérez Alfonzo, se expreso con la creación de la compañía estatal Corporación Venezolana del petróleo (CVP), a través del considerable incremento de la participación fiscal, de la supervisión de las concesionarias y con la fundación de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

En 1973, en una acción conjunta, de los países miembros de la organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) comenzaron a controlar la producción en sus territorios. Se produjo una nacionalización de facto. Las concesionarias se convirtieron en operadoras al servicio del Estado, el cual paso a fijar el precio por barril (unilateral y soberanamente). La nacionalización definitiva se produciría al asumir el Estado el control directo de las operaciones.

La coincidencia de una manifestación general de sano nacionalismo y la evidente intención de las concesionarias de dejar pasar el lapso faltante hasta la caducidad sin hacer mayores inversiones, condujo a un proceso que culmino en 1975 con la creación de PDVSA como casa matriz petrolera.

El 1 de enero de 1976 las propiedades, plantas y equipos de las compañías concesionarias extranjeras, así como los modestos activos de las concesionarias venezolanas, pasaron a ser pertenencia del Estado, y es la República de Venezuela la que, desde ese momento y mediante un grupo de empresas de su propiedad, planifica, resuelve, financia, ejecuta y controla todas y cada una de las actividades propias de la industria petrolera.

Además de la atención a las faces de exploración, producción, refinación y mercadeo interno, en 1982 se emprendió un extenso programa de internalización mediante asociaciones con petroleras de Alemania, Estados Unidos, Finlandia y el Reino Unido.

Después de sesenta años de operaciones, la industria petrolera era tan nacional como cualquier otra. La primera tarea de la industria estatificada era detener la caída abrupta del potencial de producción restaurar y restaurar el deteriorado plantel refinador. Además, se inicio una campaña de exploración que logra un cambio radical en la percepción del petróleo como bien escaso o efímero que había imperado durante décadas. Las reservas probadas se multiplicaron por cuatro y al incorporar las reservas recuperadas de la Faja Petrolífera del Orinoco, las reservas totales se podían considerar, desde un punto de vista practico, infinitas. El país tenia un futro el petróleo. La asimilación de estas realidades daría lugar a cambios de orientación de política petrolera.

La primera muestra de reconocimiento del país como productor fue el cambio de política en 1985. Venezuela, junto con el resto e los países de la OPEP, opto por reducir los niveles de precios para no seguir perdiendo mercados ante otras fuentes de energía o el petróleo de otras regiones. Desde 1986, el país ha logrado duplicar su producción, la mejorar la participación del petróleo en la oferta mundial de energía.

La segunda muestra de adopción de una política de una orientación productora fue la eliminación, en 1993, del Valor Fiscal de Exportación, nombre que adoptó el Precio de Referencia Fiscal después de la nacionalización. Esta medida tuvo el doble propósito de racionalizar y hacer mas trasparente el sistema fiscal petrolero.

En 1990, PDVSA inicio un plan de expansión que aumento su producción a 3.6 MMBD. Se renovó el complejo refinador de Paraguana con masivas inversiones han Amuay y Cardón, lo cual ha permitido disminuir la producción de deciduos.

La privatización o apertura de PDVSA se ha concretado en los últimos años con las sucesivas ofertas de participación en campos marginales, el esquema de ganancias compartidas y la contratación de las operaciones o los procesos considerados no fundamentales para el negocio.

CLASES DE PETROLEO

La industria petrolera clasifica el petróleo crudo según su lugar de origen (p.e. "West Texas Intermediate" o "Brent") y también relacionándolo con su peso API (American Petroleum Institute) (ligero, medio, pesado, extrapesado); los refinadores también lo clasifican como dulce", que significa que contiene relativamente poco azufre, o "ácido", que contiene mayores cantidades de azufre y, por lo tanto, se necesitarán más operaciones de refinamiento para cumplir las especificaciones actuales de los productos refinados.

Crudos de referencia

v Brent Blend, compuesto de quince crudos procedentes de campos de extracción en los sistemas Brent y Ninian de los campos del Mar del Norte, este crudo se almacena y carga en la terminal de las Islas Shetland . La producción de crudo de Europa, África y Oriente Medio sigue la tendencia marcada por los precios de este crudo.

v West Texas Intermediate (WTI) para el crudo estadounidense.

v Dubai se usa como referencia para la producción del crudo de la región Asia-Pacífico.

v Tapis (de Malasia), usado como referencia para el crudo ligero del Lejano Oriente.

v Minas (de Indonesia), usado como referencia para el crudo pesado del Lejano Oriente.

Clasificación del petróleo según su gravedad API

Relacionándolo con su gravedad API el American Petroleum Institute clasifica el petróleo en "liviano", "mediano", "pesado" y "extrapesado".

v Crudo liviano o ligero: tiene gravedades API mayores a 31,1 °API

v Crudo medio o mediano: tiene gravedades API entre 22,3 y 31,1 °API.

v Crudo pesado: tiene gravedades API entre 10 y 22,3 °API.

v Crudo extra pesado: gravedades API menores a 10 °API.

Países productores

v Arabia Ligero de Arabia Saudita

v Bonny Ligero de Nigeria

v Fateh de Dubai

v Istmo de México (no-OPEP)

v Minas de Indonesia

v Saharan Blend de Argelia

v Tía Juana Ligero de Venezuela

La OPEP intenta mantener los precios de su Cesta entre unos límites superior e inferior, subiendo o bajando su producción. Esto crea una importante base de trabajo para los analistas de mercados. La Cesta OPEP, es más pesada que los crudo Brent y WTI.

REFINACION DEL PETROLEO

PROCEDIMIENTOS DE REFINACION

v Destilación a presión atmosférica y al vacío.

v Craqueo catalítico.

v Craqueo con vapor.

v Reformado.

v Isomerización.

v Alquilación.

v Desulfuración.

v Reducción de viscosidad.

v Coquización.

v Hidrotratamientos.

RESERVAS

El petróleo es quizá la materia prima más útil y versátil de las explotadas. En 1999, el primer país productor era Arabia Saudí, que producía 412 millones de toneladas, un 11,9% del total mundial. La producción mundial era de 3.452,2 millones de toneladas, de las cuales, Estados Unidos produjo un 10,3%, Rusia un 8,8%, Irán un 5,1%, México un 4,7% y Venezuela un 4,6 por ciento.

Si la extracción continúa al mismo ritmo que en el 2002, salvo que se encontrasen nuevos yacimientos, las reservas mundiales durarían aproximadamente 42 años. Se calcula que quedan unas 143.000 millones de toneladas.

Hay entre 6,8 y 7,2 barriles de petróleo por tonelada, en dependencia de la densidad del petróleo. Por tanto, las reservas de crudo se calculan entre 0,97 y 1,003 billones de barriles de petróleo.[]

Sin embargo el límite de las reservas podría estar más cercano aún si se tienen en cuenta modelos de previsión con un consumo creciente como ha venido siendo norma a lo largo de todo el siglo pasado. Los nuevos descubrimientos de yacimientos se han reducido drásticamente en las últimas décadas haciendo insostenible por mucho tiempo los elevados niveles de extracción actuales, sin incluir la futura demanda de los consumidores asiáticos. Por otra parte, la mayoría de las principales reservas mundiales han entrado en declive y solo las de Oriente Medio mantienen un crecimiento sostenido. Se espera que incluso esos yacimientos entren en declive hacia el 2010, lo que provocaría que toda la producción mundial disminuyera irremediablemente, conduciendo a la mayor crisis energética que haya sufrido el mundo industrializado.

Es probable que en los próximos años se realicen descubrimientos adicionales y se desarrollen nuevas tecnologías que permitan aumentar la eficiencia de recuperación de los recursos ya conocidos. En cualquier caso, el suministro de crudo alcanzará hasta las primeras décadas del siglo XXI. Sin embargo, según los expertos, no existen casi perspectivas de que los nuevos descubrimientos e invenciones amplíen la disponibilidad de petróleo barato mucho más allá de ese periodo.

PETROLEOS DE VENEZUELA SOCIEDAD ANONIMA (PDVSA)

Petróleos de Venezuela, Sociedad Anónima (PDVSA) es una empresa estatal venezolana que se dedica a la explotación, producción, refinación, mercadeo y transporte del petróleo venezolano. Fue creada por decreto gubernamental para ejercer tales actividades luego de la nacionalización de la industria petrolera, dando inicio a sus operaciones el 1 de enero de 1976. PDVSA fue catalogada en 2005 como la tercera empresa petrolera a nivel mundial y clasificada por la revista internacional Fortune como la empresa número 35 entre las 500 más grandes del mundo. Actualmente, la petrolera tiene una de las mayores reservas petrolíferas del mundo, alcanzando -para mediados de 2009- una suma total de 173.000 millones de barriles. La empresa espera -luego de la cuantificación de las reservas de petróleo en la Faja del Orinoco- incrementar esta cifra hasta 235.000 millones, de acuerdo con lo estipulado en el "Proyecto Magna Reserva".Al finalizar dicho proyecto, Venezuela poseerá un total de reservas probadas del orden de 316.000 millones de barriles, muy por encima del tradicional líder Arabia Saudita, cuyas reservas probadas se estiman en 219.000 millones de barriles

ORGANIZACION DE PAISES EXPORTADORES DE PETROLEO (OPEP)


La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) fue creada en 1960, con sede en Viena. Nació de unas reuniones en Bagdad entre los países árabes productores y exportadores más Venezuela para agruparse y, de este modo, establecer una política común a la hora de fijar un precio y unas cuotas de producción para el petróleo, aunque recientemente haya perdido la fuerza que tenía en los años de la gran crisis surgida del conflicto en Oriente Medio en 1974.

En su fundación participaron Irán, Kuwait, Arabia Saudí, Qatar, Irak, Venezuela, Libia e Indonesia. Posteriormente han ingresado Argelia, Nigeria, Emiratos Árabes Unidos, Ecuador (aunque después abandonó la organización) y Gabón.

La OPEP controla aproximadamente dos tercios de la exportación mundial de petróleo.

Aunque en sus comienzos no tuvo la fuerza suficiente para hacer frente a la política de las multinacionales, a partir de 1971 la OPEP decidió nacionalizar las empresas de explotación situadas en su territorio, y en 1973 inició importantes subidas en los precios.

A partir de entonces, la OPEP ocupó el primer plano de la actividad económica mundial, porque sus decisiones en materia de precios afectan directamente a las economías occidentales.

También hay otros países productores de petróleo a los que se les llama "independientes", entre los que destacan el Reino Unido, Noruega, México, Rusia y Estados Unidos. Este último es el mayor consumidor de petróleo, pero al mismo tiempo es uno de los grandes productores.

PRECIOS DEL PETROLEO


La volatilidad de los precios del petróleo crudo ha sido y es una característica intrínseca a la historia reciente de la comercialización de este producto. Su importancia estratégica le convierte en una "moneda de cambio" y de presión política y económica de primera magnitud.

Así, mientras que el precio del barril de petróleo Brent (denominación del crudo que se toma como referencia en el mercado europeo) en el año 2003 fue de 28,82 dólares barril, un 15,1% más que en el año 2002.

Estas subidas y bajadas de los precios son producidas por muy diversos factores, pero los más importantes son las decisiones políticas de los países productores, los conflictos sociales o bélicos en las zonas más vinculadas a la producción de petróleo y, en ocasiones, las decisiones que puedan tomarse en determinados foros financieros mundiales.

SITUACION ACTUAL VENEZOLANA

«Chávez sigue hablando de la necesidad de «sembrar el petróleo» en inversiones estratégicas para garantizar seguridad económica para el futuro. Pero desde que Arturo Uslar Pietri, un escritor y político conservador, acuñó este dicho en 1936, todos los presidentes venezolanos han prometido «sembrar el petróleo». A pesar de su retórica revolucionaria, promocionando un vagamente definido «socialismo para el siglo XXI», y en parte por su tendencia de minar las instituciones democráticas del país, parece que la «Revolución Bolivariana» está continuando la historia del caos, inversiones fallidas y legendario despilfarro de ingresos petrolíferos que han empobrecido el pueblo venezolano en décadas recientes.» (Gall, 2006)

Una cosa está clara sobre las políticas del actual gobierno: antes de Chávez, ningún líder venezolano desde los años 70 ha sido capaz de mejorar el nivel promedio de vida de los venezolanos desde el primer gran boom petrolífero. Aunque es verdad que hoy el PIB per cápita (medido en términos reales) sigue en el mismo nivel de 1998, cuando Chávez asumió la presidencia, también es verdad que la renta per capita había permanecido por debajo de sus niveles máximos de los 70 durante las década de los 80 y los 90. De todas formas, después de sufrir una caída notable a raíz de la huelga petrolera de 2002-2003, el PIB per cápita en términos reales ha vuelto a sus niveles anteriores, aunque desde la elección inicial de Chávez, el nivel de renta de los más pobres ha aumentado un 43%, mientras que el segmento intermedio del país ha experimentado un incremento medio en sus ingresos de casi el 20%. Este fenómeno se debe no sólo a la evolución del precio del petróleo, sino también a la nueva política de Chávez, a diferencia de sus predecesores, de utilizar gran parte de los ingresos del petróleo para financiar programas sociales (a través de las llamadas «misiones»). No obstante, la incógnita sigue siendo, primero, si estos ingresos van a sostenerse en el futuro y, segundo (incluso más importante), si los petrodólares pueden tener —por la peculiar manera de Chávez de gastar, gobernar y conducir la política exterior— un impacto positivo y duradero en la vida de los millones de venezolanos atrapados en la pobreza.

Durante el primer mandato de Chávez (1998-2006), los precios del petróleo subieron de un mínimo de cerca de 10 dólares por barril a sus máximos históricos (más de 78 dólares). Al ser el petróleo venezolano una variedad bastante pesada y con alto contenido de azufre, generalmente se vende con un descuento de varios dólares sobre los crudos de referencia (WTI y Brent). En 1998, cuando el WTI y Brent se cotizaban entre 10 y 12 dólares por barril, el crudo venezolano costaba 7,20 dólares. De todas formas, el petróleo venezolano ha seguido a los crudos de referencia en sus recientes sendas alcistas. En 2005, cuando Chávez consolidó su poder sobre todas las instituciones públicas, el precio del crudo venezolano superó los 50 dólares y en 2006 llegó durante algunos meses a casi 70 dólares. Esta evolución en el precio del petróleo explica mucho, si no todo, el éxito político de Chávez y su capacidad de mantenerse en el poder con el apoyo electoral de la mayoría. También ha sido responsable por el reciente aumento —permanente o no— de las rentas de los más pobres, y de las tasas altas de crecimiento del PIB en los últimos años. Después de una fuerte recesión en 2002/2003, provocada por el colapso en la producción del petróleo a raíz de la huelga, la economía registró un crecimiento del 18% en 2004 y de más del 9% en 2005 (con un 7,5% estimado para 2006), empujado por el auge del precio del petróleo y sostenido por el aumento del gasto público (a través de las «misiones»). De todas formas, hay muchas dudas —no sólo entre críticos y enemigos ideológicos— sobre la eficiencia y eficacia del gasto social que Chávez está emprendiendo, particularmente por la capacidad de crear un desarrollo sostenible capaz de eliminar progresivamente los niveles de pobreza. También hay escepticismo, incluso entre socialistas, respecto a su nacionalismo energético.

Existe la posibilidad —algo que los simpatizantes de Chávez deben tomar en serio— de que sus políticas, aunque acompañadas de una retórica —incluso de una autenticidad— muy diferente a la de los otros líderes anteriores, sólo consigan perpetuar la tradición venezolana de despilfarro, corrupción y degradación, con la única distinción de canalizar más petrodólares hacia los menos favorecidos, pero sin la menor garantía de generar un legado duradero. Muchos críticos de Chávez repiten un refrán que a estas alturas ha llegado a ser un cliché: “Chávez sólo puede sobrevivir políticamente si los precios del petróleo siguen subiendo, o por lo menos si se mantienen altos”. De todas formas, una mayor reducción de la pobreza —un requisito político para Chávez, por lo menos en el largo plazo— dependerá no sólo de los precios del petróleo, sino también del mantenimiento de los niveles actuales de producción del petróleo, lo que ahora está en peligro por la falta de inversión durante los últimos años y al caos que está minando el potencial del sector petrolífero venezolano.

Por otro lado, los críticos también subrayan las implicaciones para la seguridad energética de EE. UU. por su dependencia del petróleo venezolano, o los riesgos geopolíticos para Occidente por la política exterior de Chávez, en particular sus planes de desviar las exportaciones de petróleo hacia China, para castigar a EE. UU. y establecer vínculos estratégicos más fuertes entre Asia y América Latina. Pero el verdadero riesgo estratégico que representa Chávez para el mundo tiene que ver menos con los aspectos más mediáticos y superficiales de su política exterior y mucho más con las implicaciones técnicas y empresariales para el sector petrolífero venezolano de su agresivo nacionalismo energético. El peligro no es que Chávez cortase el flujo de petróleo hacia EE. UU.; el verdadero problema para el mundo (que necesita un aumento de 50% en la producción mundial del petróleo hasta 2030) es que el intervencionismo de Chávez —desviando cada vez más los ingresos, tanto privados como públicos, del sector hacia sus propios fines— acabe minando la inversión en el petróleo y amenazando sus futuros niveles de producción.

Hay un aspecto retórico que Chávez tiene en común con casi todos los presidentes anteriores desde hace casi un siglo. Él también habla de «sembrar el petróleo», aunque sigue abierto al debate lo que realmente está sembrando. Con sus ambiciones internacionales y sus batallas geopolíticas, Chávez puede desatender muchas exigencias nacionales de las infraestructuras físicas y el sistema sanitario, sin mencionar el auge del crimen y la corrupción y la creciente sensación de que la macroeconomía está cada vez más fuera de control. Esta sensación de caos amenaza la industria petrolífera, de momento el único soporte para el sistema político y la única esperanza para frenar el aumento de la pobreza.

RESERVAS VENEZOLANAS

Chávez presenta a Venezuela como uno de los «petro-estados» más poderosos. Con sus 80.000 millones de barriles de petróleo convencional (aunque de una variedad relativamente pesada, API entre 15º y 30º), tiene casi el 7% de las reservas convencionales del mundo (la sexta reserva más grande) y un ratio de reservas a producción (ratio R/P) de 72,6 años (el tercero más alto del mundo). Venezuela tiene uno de los tesoros más grandes (junto con Canadá) de los llamados «petróleos no convencionales». En el subsuelo de la Faja del Orinoco hay otros 270.000 millones de barriles de crudos ultrapesados (API entre 8º y 10º). Con las circunstancias apropiadas (precios suficientemente altos y un nivel de inversiones también significante), estos crudos ultrapesados podrían ser explotados, convirtiendo a Venezuela en el poder petrolífero más importante. El Gobierno de Chávez está en la labor de verificar que gran parte de los ultrapesados se puede contabilizar dentro de las reservas oficiales. Ha anunciado que, en noviembre de 2007, las reservas probadas de Venezuela se habrán duplicado hasta los 171.000 millones de barriles (las segundas mayores del mundo, detrás de Arabia Saudita, o las terceras si se contabilizan los petróleos no convencionales de Canadá), y en octubre de 2008 se habrán triplicado a 316.000 millones, convirtiendo sus reservas probadas en las mayores del mundo. Canadá ha hecho algo similar, anunciando un aumento en sus reservas oficiales, desde menos de 5.000 millones de barriles hasta 180.000 millones, por la inclusión de las «arenas asfálticas» de Alberta. Aunque Venezuela puede tener grandes (incluso ingentes) reservas, esto no se traduce necesariamente en altos niveles de producción. Actualmente el país está produciendo entre 2,5 millones y 3 millones de barriles diarios (mbd). El Gobierno venezolano mantiene que el nivel de producción se ha recuperado desde la huelga hasta situarse en más de 3 mbd. Otras fuentes independientes (como el CGES de Londres

o la Agencia Internacional de la Energía en París) estiman un nivel actual de producción de no más de 2,5 mbd, unos 700.000 barriles diarios por debajo de la cuota oficial de Venezuela (3,23 mbd) dentro de la OPEP.

l o 0QP la presión sobre el sector petrolero, la economía y el Gobierno será notable, si no brutal.

PRODUCCION Y EXPORTACION EN VENEZUELA

El hecho de que Venezuela pueda estar produciendo significativamente por debajo de su cuota durante una época de precios altos es preocupante, pues sugiere que por un motivo u otro la industria petrolífera, liderada por PDVSA, no está en condiciones de aumentar su producción. Muchos observadores afirman que la producción está en declive, o al menos estancada por motivos técnicos, con solo mínimos aumentos factibles (entre 200.000 y 300.000 bd) en los próximos años —y sólo bajo condiciones óptimas. De momento, esta dificultad no se ha puesto claramente de manifiesto, ya que los ingresos por exportación de petróleo están incrementándose ante el alza de precios y pese a las restricciones de la oferta del crudo venezolano. Aunque los ingresos petrolíferos descendieron de 23.500 millones de dólares en 2000 a menos de 19.000 millones durante los años de las huelgas (2002 y 2003), aumentaron fuertemente de nuevo a 26.600 millones de dólares en 2004 y a 38.400 millones en 2005, con más de 45.000 millones estimados para 2006. Aunque es difícil saber con exactitud el nivel de las exportaciones (dada la falta de transparencia en los datos oficiales), se estima que está exportando entre 2 y 2,5 mbd (una producción de entre 2,5 y 3 mbd, con un consumo interno de 0,5 mbd). Estas exportaciones llegaron a representar más del 60% del total entre 1993 y 2003, pero hoy equivalen a casi el 85% de todas las exportaciones, casi un tercio del PIB total y más de la mitad de todos los ingresos estatales, un alto nivel de dependencia del petróleo. El Gobierno de Chávez está bien financiado de momento, pero si los precios siguen bajando (de 72 dólares por barril a 55), o si la producción nacional empieza a descender por falta de mantenimiento técnico y nuevas inversiones —o las dos cosas—, la presión sobre el sector petrolero, la economía y el Gobierno será notable, si no brutal.

EL DESAFIO DE AUMENTAR LA PRODUCCION PETROLERA EN VENEZUELA

Es importante tener como referencia que nuestras exportaciones petroleras se estiman en 2006 en 2,0 millones b/d aproximadamente, de acuerdo a la producción petrolera calculada por fuentes secundarias del mercado internacional en 2,6 millones b/d, cifra inferior a los 3,2 millones b/d de producción de acuerdo a las cifras oficiales. La aguda polarización política del país deriva en la prevaleciente propaganda gubernamental, según la cual todo volvió a la normalidad al finalizar el paro petrolero a principios del 2003. Luego de medio siglo, fluctuaciones en los volúmenes de producción y precios, aumento significativo de las reservas probadas y probables (ahora incluyendo el crudo pesado de la Faja Petrolífera del Orinoco), nuestras exportaciones petroleras han caído sustancialmente y son similares a las de hace cincuenta años. No se trata de una política conservacionista, ni de restricción por la cuota OPEP, sino de un cambio de orientación en la política petrolera y de graves problemas para sostener la capacidad productiva en la empresa estatal, PDVSA. La búsqueda de alternativas para enfrentar esta situación se complicó dramáticamente para PDVSA con la punitiva y autodestructiva expulsión de casi 20.000 técnicos, ingenieros, geólogos, investigadores, cuadros gerenciales, en medio del conflicto político de 2002-2003. La empresa literalmente perdió gran parte del acervo corporativo de conocimiento, experiencia en exploración y producción, investigación y desarrollo, refinación y comercialización.


Quedan dos grandes caminos de política petrolera a seguir en el futuro. El primero, es el desarrollo del enorme potencial de la Faja Petrolífera del Orinoco para producir crudo mejorado o sintético, de alto valor en el mercado internacional. El segundo es la explotación del gas natural no asociado a la producción petrolera en el cual se avanza lentamente.

ALTERNATIVAS AL PETROLEO


Como sustancias alternativas a los combustibles derivados del petróleo se encuentran el biodiesel, aceite combustible con características comparables al diesel que se extrae principalmente de las semillas oleaginosas de diferentes plantas y el bioetanol, alcohol procedente de restos vegetales, que se puede utilizar mezclándolo con otros combustibles o para la fabricación de éteres, que son bases para fabricar combustibles más ecológicos. Existen otros tipos de energía que funcionan como alternativas para el petróleo, como lo son: la energía eólica, geotérmica, la energía hidroeléctrica y la energía solar. Además del petróleo el país cuenta con numerosas fuentes de riqueza, las cuales explotadas adecuadamente pueden generar al país mayores ingresos que los procedentes del petróleo, algunas de ellas son: el sector turístico y la agricultura.